En cada verso, hoy escrito,
la indudable poesía eres tú.
Extraño por segundos tu presencia,
mientras el insomnio me atrapa cruelmente.
Mi pensamiento da miles de vueltas,
buscando un juicio justo a este merecido sufrimiento.
Tanto desgaste y desilusiones causado por mi indiferencia,
Tantas y tantas lágrimas vertidas por mi incoherencia,
tantos instantes de felicidad perdidos por mis malos actos.
Y tú, tú siempre dedicándome tu mejor sonrisa,
aunque tu alma estuviera demolida.
Qué significado tiene mi devastadora vida,
si eras la dueña de mi alma en todos los sentidos.
No supe darte todo ese amor y las dulces caricias,
que a gritos me aclamabas sin yo querer escucharlas.
Debí en todo momento hacerte sentir como una reina,
pero con mi desfachatez, hice justo lo contrario.
Precisabas de mi cariño para dejar a un lado el dolor,
y yo te regalaba mi ignorancia más despreciable.
Ahora, a día de hoy, tengo lo que por mi desgracia merezco.
Solo deseo que no desestimes nunca al amor,
no te encierres en ti misma,
no busques simplemente la oscuridad,
donde puedes encontrar un sol radiante.
Sigue creyendo en lo bonito de la vida,
y la vida te recompensará sin pensarlo,
porque es lo que de verdad mereces.
No te preocupes por mí,
Yo, yo mientras moriré en mi cárcel de egoísmo,
Viviendo en la soledad más absoluta,
para no volver a destruir nunca más,
algún corazón enamorado.
Comentarios
Publicar un comentario